El directorio ejecutivo del Banco Mundial aprobó una operación que apoyará el programa de recuperación pospandemia de Costa Rica con especial énfasis en proteger los ingresos de las familias, fortalecer a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y reforzar la sostenibilidad fiscal con base de un crecimiento verde y bajo en carbono.

Este nuevo préstamo de apoyo presupuestario demuestra la confianza del Banco Mundial en el compromiso del gobierno con un crecimiento económico inclusivo y sostenible. La economía de Costa Rica está saliendo del severo impacto de la pandemia, pero condiciones externas adversas aportaron nuevos retos que debemos abordar en materia de reactivación económica y consolidación fiscal”, expuso Nogui Acosta Jaén, ministro de Hacienda.  

La serie de créditos apoya tres pilares hacia el desarrollo, que se refuerzan mutuamente:

  • Proteger los ingresos de las personas y sus empleos del impacto de la COVID-19 y fomentar la recuperación de las pequeñas y medianas empresas. Esto contribuirá a lograr una combinación de medidas de respuestas a choques internacionales y reformas hacia una protección social más eficiente y resiliente.
  • Reforzar la sostenibilidad de las finanzas públicas mediante mejoras en la recaudación fiscal, en la eficiencia del gasto y en la gestión de la deuda pública.
  • Promover el crecimiento verde y un desarrollo bajo en emisiones de carbono que sea resiliente, equitativo, climáticamente inteligente y sostenible, y que haga mayor uso de las tecnologías limpias.

Costa Rica ha progresado mucho en materia ambiental, económica y social, pero la reducción de la pobreza y la desigualdad siguen siendo un reto permanente”, señaló Carine Clert, gerente de país para El Salvador y Costa Rica del Banco Mundial.

A través de esta operación, buscamos apoyar al Gobierno de Costa Rica con importantes esfuerzos para la consolidación fiscal y la inversión en sistemas de producción más ecológicos, así como fortalecer la base de protección a los más vulnerables, en especial a las mujeres”.

La operación de U$500 millones, financiada por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), es un préstamo basado en la tasa de interés SOFR más un margen variable en moneda única en dólares estadounidenses y tiene un vencimiento final de 19.5 años, incluido un periodo de gracia de cuatro años.