Desde el mes de junio, nuestro país presenta una tasa de inflación negativa, lo que lo convierte en el único país perteneciente a la OCDE que se mantiene en esta posición.

Los países miembros que tenían una inflación más baja en agosto eran Suiza (1.6 %), Dinamarca (2.4 %) y España (2.6 %). Más elevada que esas era en Estados Unidos (3.7 %), Francia (4.9 %), Italia (5.4 %), Alemania (6.1 %) y  Reino Unido (6.3 %).

Los precios en variación interanual cayeron un 3.3 % en agosto en Costa Rica, después del 2.3 % en julio y  1 % en junio, mientras que en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el incremento pasó del 5.9 % en julio al 6.4 % en agosto.

La serie actualizada conocida como el «Club de los países desarrollados» pone en evidencia la evolución positiva de Costa Rica, que desde agosto del 2022, cuando se hacían sentir de lleno los efectos de la invasión rusa de Ucrania, tenía una tasa de inflación del 12.1 %, superior a la de la propia OCDE que en ese entonces  era de (10.3 %).

Y fuera de la OCDE, la inflación estaba todavía mucho más disparada en Argentina, donde subió al 124.4 %, después del 113.4 % en julio.

Las razones de la deflación que está viviendo Costa Rica hay que buscarlas en primer lugar al bajón en los precios de la energía en el último año (un 23 % en agosto), que hay que comparar con el descenso mucho más limitado en el conjunto de la OCDE (1.4 %).

Pero no se limita a la energía. Los alimentos también se abarataron un 2.3 % en el país , cuando en el conjunto de la organización aumentaron un 8.8 %.

Más allá de la energía y los alimentos, que son habitualmente los precios más volátiles, la inflación subyacente también fue negativa con un 0.5 % en agosto. Y eso contrastaba una vez más con el incremento medio del 6.8 % en la OCDE.