En un mundo empresarial en constante cambio y creciente competencia, aspectos como el fortalecimiento del capital humano, la generación de valor local, la equidad de género y la adopción de tecnología avanzada adquieren una importancia crítica para asegurar que las zonas francas continúen siendo un pilar fundamental de la economía costarricense.

Estos temas fueron el foco central de discusión entre expertos nacionales e internacionales durante el VI Congreso de Zonas Francas, que congregó a más de 500 representantes del sector público y privado el pasado 26 de octubre en el Centro de Convenciones de Costa Rica.

El evento se destacó como un punto estratégico de encuentro para un variado grupo de stakeholders que incluyó a autoridades gubernamentales, líderes empresariales, académicos e inversionistas, ofreciendo un espacio de diálogo y aprendizaje sobre las zonas francas, que siguen siendo un importante motor de la economía nacional con generación de empleos y aportes significativos al crecimiento del país.

La actividad también sirvió como foro de intercambio entre las empresas que operan bajo el régimen de zona franca, donde se discutieron los desafíos y oportunidades que darán forma a este sector en la coyuntura actual de cambio constante.

Durante el evento, se destacaron temas clave, incluyendo el fortalecimiento del talento humano, la consolidación de la revolución digital e industrial, y la importancia de iniciativas como la educación dual. Este esfuerzo pedagógico combina la enseñanza en las aulas con la aplicación de conocimientos en empresas, enfocándose en el desarrollo de talento y habilidades esenciales para el sector.

Motor del desarrollo

Carlos Wong, presidente de AZOFRAS, subrayó el crecimiento de este sector, que ha generado más de 221 mil empleos y se ha convertido en un soporte fundamental para las economías emergentes. Wong destacó que «hemos trabajado incansablemente para atraer la mejor inversión extranjera a Costa Rica, fomentar sólidas conexiones con proveedores locales, aumentar las exportaciones de valor agregado y crear empleos formales, inclusivos y de alta calidad».

Por su parte, Laura López, gerente general de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER), se refirió a la importancia del régimen de zona franca como motor del desarrollo económico sostenible. Dicho sistema ha tenido un impacto significativo no solo en la economía nacional, contribuyendo con un 15% del Producto Interno Bruto (PIB), sino también en la equidad de género, pues 44% de los empleos son ocupados por mujeres, muchas de ellas jefas de hogar. Además, ha sido fundamental para dinamizar el comercio exterior y diversificar las exportaciones nacionales hacia mercados foráneos.

Otro aspecto abordado está relacionado con la actual consolidación de la revolución digital e industrial. Este avance supone un aumento en la demanda de profesionales en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) con un alto componente analítico y creativo, algo que las empresas del sector requieren. Costa Rica ya está trabajando en la creación de ocho nuevas carreras STEM y tres adicionales relacionadas con el sector de alimentos y restaurantes.

Además, los ponentes destacaron la importancia del dominio de un idioma, especialmente el inglés, eso sí, sin dejar de lado otros como el portugués o mandarín. Esta habilidad se posiciona como un factor clave para mejorar las oportunidades laborales en el sector, representando un componente esencial en el proceso de formación.

En cuanto a sistema de educación dual, existen más de 70 convenios en el país que benefician tanto a jóvenes como a mujeres, con una tasa de retención mayor al 70% de los jóvenes que continúan trabajando en las mismas compañías donde se formaron.

Beneficios en cifras

El sector de zonas francas en nuestro país, con una trayectoria de más de tres décadas, mantiene una sólida relación con los proveedores locales. Según datos del PROCOMER, más del 40% de sus compras totales en el 2022 fueron destinadas a suplidores nacionales. Esta colaboración, además de fortalecer la economía local, impulsó la productividad de más de 11.000 proveedores costarricenses vinculados a las empresas de zonas francas.

Asimismo, parte de las acciones de este sector se ha centrado en contribuir con entidades estatales como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), entre otras. En 2019, por ejemplo, destinó USD$36 millones al INA (15% de sus ingresos) y USD$585 millones a la CCSS (18% ingresos por contribuciones, 8% del presupuesto).

El impacto económico también se manifiesta en las exportaciones de bienes, que el año pasado superaron el 50% del total de los bienes exportados por nuestro país.